Es como si fuera una náufraga estancada en el medio del mar.
Rodeada de agua, de nada, de silencio.
No me ahogo, pero estoy tan desorientada, perdida y confundida.
¿Qué se hace con tanta agua, tantas cosas?
Con tanta “nada” inexplicable que ocupa todo este espacio inmenso.
No hay sentido alguno para mí. No hay qué me oriente y me regrese. No hay qué me dirija en la dirección correcta.
¿Existe la dirección correcta? De todos aquellos caminos por tomar ¿hay alguno que se establezca como el único verdadero exento de toda confusión?
Mire donde mire el cielo conecta con el mar logrando un azul tan uniforme. Tan único que no hay matices ni variantes ni ningún indicio de distinción.
No existen pistas que revelen qué acciones debo tomar para regresar a tierra firme.
¿Qué debo hacer ante tal situación asfixiante?
Soy solo navegante de este maravilloso mundo, así que, ¿por qué se vuelve tan complicado?
¿Qué hace un navegante ferviente perdido en el mar?
¿Me perdí en el mar o en un vaso de agua a punto de estallar?
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