Su nombre artístico
era Nasty Glam.
Un nombre
que sonaba
a noches sin reglas
a noches sin final.
Así lo llamaban
cuando subía al escenario
cuando la luz roja
iluminaba su silueta
cuando el humo
y el sudor
se mezclaban
con el sonido del bajo
Él es bajista.
cuando tiene el bajo en las manos
él lo domina
como si fuera un acto
de amor violento
como si su alma entera
vibrara
en cada nota oscura
que hace retumbar el suelo.
Se pierde en su música
como si el mundo
dejara de existir
cuando sus dedos
acarician las cuerdas.
Es un Dios
con botas texanas
de cuero gastado
por cada bar
en el que ha tocado
por cada noche de excesos
y madrugadas
que nunca terminan.
Cuando sus botas
golpean la tarima,
se convierte en un rey
como si la tierra misma
le perteneciera.
Sus pulseras
tintinean con cada acorde
son grilletes
de metal
testigos de cada nota
que brota de su bajo
de cada secreto
que solo la música
conoce.
abrazan su piel
como yo quiero
abrazarlo
como yo quiero
atarlo a mí
como yo quiero
que nunca
jamás
pueda escapar de mi
Tiene los ojos verdes
Verdes
como el pecado
como la tentación
Y yo los miro
los devoro
me pierdo en ellos
como si fueran
la última cosa
que voy a ver
antes de morir.
Y yo los miro
me dejo
consumir por ellos
me dejo
atrapar sin miedo
porque si voy
a morir en alguien
que sea en él.
Porque esos ojos
matan.
Porque esos ojos
queman.
Porque cuando él
me mira
el mundo colapsa
el tiempo se detiene
y ya no existe
nada
más allá de nosotros.
para mi no existe
nada
mas alla de el
Yo amo a mi bajista.
Amo la forma
en que se funde con su música
cómo se olvida de sí mismo
cuando toca
cómo sus dedos
vuelan sobre las cuerdas
como si fueran
parte de él
como si cada acorde
fuera un suspiro
como si cada nota
fuera su forma de decirme
que sin música
no puede respirar
Amo la forma
en que su cuerpo se inclina
cuando la música
lo posee
cuando su alma
se funde
con la vibración de las cuerdas
cuando la multitud
grita su nombre
pero él solo
me mira a mí.
y yo
tengo mis ojos
puestos en el
Amo su musica
Amo su caos
su perfume a tabaco
a noches sin dormir
a carretera
y libertad.
Amo el sonido
de su risa
perdida entre copas
y luces neón
Amo a mi hombre.
su silencio
cuando apaga el amplificador
y me busca
en la penumbra.
Él es mío.
No importa
cuántas luces
lo iluminen
cuántas voces
griten su nombre
Cuando la última
canción muere
cuando el escenario
se apaga
y la multitud
desaparece
cuando el silencio
regresa
y el mundo vuelve
a ser un lugar vacío
él me busca.
y yo
lo busco a el
orgullosa
Yo amo a mi bajista.
Lo amo
con las entrañas
con la piel que arde
cuando me toca
con la boca
que se abre
solo para él.
Amo su música
y su silencio
su furia
y su ternura
el filo de su voz
cuando susurra
que no me quiere compartir.
Y no tiene que decirlo
porque yo
tampoco quiero.
Cuando el escenario se apaga
y el de ahi se baja.
Él regresa a mí.
Él me toca
con las mismas manos
que hacen gemir a su bajo
me besa
con la misma pasión
con la que desliza
sus dedos por las cuerdas.
Y en la penumbra
cuando el ruido
se ha ido
cuando no queda más
que su respiración
entrelazada
con la mía
cuando el sudor
y el deseo
se confunden en la piel
él deja de ser Nasty Glam.
Él deja de ser el bajista.
Él deja de ser del escenario.
Y solo queda él.
Solo queda mi hombre.
Solo queda mío.
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