Nací como madre

Estoy nerviosa, tan nerviosa que tiemblo. Aunque en parte también es por la anestesia. Cada una de las emociones de mi cabeza quieren tomar el control pero Alegría las opaca. Ella es poderosa y enérgica, le gusta dominar mi maternidad.

Temor salta hasta la máquina de control gritando, se escuchan sus típicas frases por todo el universo de mi mente: "¿Y si sale mal?", "¿si cortan en otro lado", "¿si no respira", "¿y si no estás lista realmente?".

Alegría lo empuja y me tranquiliza. ¿Por qué saldría mal si este bebé creció durante 9 meses con tanto amor dentro de mi vientre? ¿Qué podría salir mal si estaba acompañada de un gran equipo de profesionales y mi marido que con su sola presencia me trae paz?

Furia, de golpe, se enoja con las otras emociones que daban vueltas de acá para allá queriendo el control.

Temor de nuevo. Me están abriendo. Los siento pero no lo suficiente como para saber qué pasa. Me pongo a rezar mientras escucho de fondo las canciones de Morat que me dejaron elegir las médicas. Un Padre Nuestro, un Ave María, otro Padre Nuestro, otro Ave María. Y tiemblo. Sigo temblando. Cada vez más rápido, más fuerte. Como mis oraciones. Dios, ayudame. Que salga todo bien. Que nazca sano. Que podamos hacerlo...

De pronto, escucho un estornudo; después, al segundo, un llanto; es él. Nació. Está acá. Alegría toma el control total de la situación. Lo traen a mis brazos, lo miro a Gabo y le pido que me ayude a sostenerlo en mi pecho porque sigo temblando y tengo miedo de que se caiga. Abrazo triple. El primero de tantos. Es tan chiquito, no lo puedo creer. Su boquita me derrite, me pierdo completamente en ella. Se lo quieren llevar pero no quiero separarme, ni ahora ni nunca. Debo hacerlo, solo un rato.

Vuelve Temor, ¿lo cuidarán? es tan chiquito, parece tan frágil...

Llega una nueva emoción a mi vida, no sé su nombre pero sí sus colores: todos. Esta emoción es tan grande como indescriptible. Opaca a todas aunque les da un poco de lugar a cada una. Nació ese día y es la más linda de todas. Nació con mi hijo y ahora me guía.