en esta historia las voces de mentes ajenas a la mía, llaman la lluvia que teníamos, a dejar de nutrir los jardines de mi mente, un cuchillo, madera y sal, y todo el sentir se va. mi sonrisa artificial me hace pensar en como resplandecían orbes cuando fui una reina de castillos de arena que se disiparon con los mares del desamor. las cartas de felicitaciones quedaron en un cajón que después ardió. típico de un Saturno intermitente, de un Marte ardiente, el sentir quema más que la paciencia, y yo tenía una paciencia infinita, como quien espera en el muelle de San Blas, con un vestido que se descoce si no lo mirás, hasta que mis cabellos se hagan blancos. Existe una infinita letanía de razones por las cuales las palabras no garantizan la permanencia, ni que un corazón desmembrado se recupere con shock. en una caja de nuevo, cuál muñeca que permanece impoluta ante el tiempo, but if you pull the string I'll tell you that he runs because he loves me. deberías de haber presenciado el brillo de mis orbes que dan vida cuando las palabras más anheladas se pronunciaron. cuando en el cementerio de las personas que amé, crezcan las flores del jardín de las personas que amo, que amaré, todo tendrá color de nuevo. usando camisetas rojas el amor deja de ser dorado, pero me sienta muy bien el carmesí, el precio de las cosas aumenta, mi amor, te diré una cosa, puedo ver en tu forma de caminar que algo en mi dolor te divierte, entonces entiendo y pienso, que aunque mis hijos no tengan tus ojos, quizá termine destruyendo espejos dónde otorgas belleza a seres ajenos, por intentar hacer el amor con mi sombra. quizá te ame hasta al final, o vuelva a los brazos de hebras rubias, quizá guarde todas las cosas que perdí en el Placard. escucho los cantos del viento y entonces entenderás que nunca fuiste mío como para que te perdiera. entonces también entenderás que yo sé que tus orbes verdes brillan por alguien más, y las mías se iluminan por palabras de amor de otras geografías, que tu corazón desatendido nunca te permitió pronunciar. los hombres sabios dicen que el viento del desamor apaga el fuego el corazón, yo cruzando el tuyo cuál trama de caballeros para encontrar algo en su profundidad, que me recuerde a mí. solo el jerez podría calmar mis penas, vida por muerte he de dar, y vos elegiste a alguien que te da un final, debo advertirte, Marte mío, que estás en terrible peligro. pero quizá ya nada sea importante. los hombres sabios hablan de palabras de amor y las difunden como si fueran reales, imponen ideas, imponen metas falaces, yo soy un pájaro que quiere vivir lejos, te llevaría, yo soy la vida que no elegiste entre todo este peligro inminente. entiendo la distancia, pero el humo perturba mis sueños, en mi estómago arden todas las palabras que no pude decir. nudos de mil vueltas, propios de marineros. deberías haber dejado todo en el Placard, es hasta gracioso como todo se esfuma en mis manos como las cenizas de todas las cartas que escribí. en voces ajenas me dicen que el amor hilado en mil suéteres es algo que mi mente soñó pero era un proyecto sin fin, una historia sin fin. cayendo. cayendo, cayendo, y todo el amor estaba en mi mente, que me lo extraigan cuál sangre y se lo inyecten a algún alma desamorada cuál vacuna que cura el virus empeorando los síntomas. ellos ven campos crudos yo veo futuras orquídeas, me dieron algo en qué creer, pero todo estaba en el cementerio, es casi hasta gracioso. yo te inventé y en zapatos eternos como los que Jenny le dió a Forrest huiste a una Venus alternativa, porque yo soy otra, y vos nunca fuiste vos.
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