Mujer de seda,

Cuando el mar de tormento me consume por dentro,

una antigua llama del pasado rebrota nuevamente en mí.

Es entonces cuando me pierdo entre recuerdos y pesares,

y mi mente se desplaza en lo que pudo haber sido un romance sin final.

No soy totalmente culpable por reconocer que una vez estuve cerca de alcanzar la felicidad,

cuando nuestras manos gentiles trazaron en el lienzo la idea del amor verdadero,

pero toda magnum opus recién se aprecia cuando forma parte del pasado,

así me encuentro yo, observando desde aquí nuestro gran cuadro.

Cuando la incomprensión se vuelve agobiante, se entremezcla el desamor con el remordimiento por la oportunidad que perdí.

Ahora solo queda la añoranza, porque me quedé solo tratando de enmendar las palabras crudas que reemplazan este sentimiento de amor y me encuentra constantemente la verdad de lo que pude haber tenido y dejé ir.

Las decisiones difíciles siempre traen dudas,

si pudiera volver y elegirte para que me acompañes en el camino,

¿qué habría sido de ti y de mí?