Morir es un color - “Donde el dolor se enraíza”

Canción: Eres de Café Tacvba

Mi abuelo murió en la madrugada.

Mi mamá se sentó junto a su cama hasta que dejó de respirar. Luego me llamó.

Cuando llegué, su café ya se había enfriado.

Después del entierro, regresaron todos a casa.

Yo me quedé en su cuarto. Nadie lo pidió, pero necesitaba escuchar lo que se había ido.

Abro su cajón con cuidado. Todo está en su lugar. Como si lo estuviera esperando.

Las camisas dobladas, la libreta de crucigramas, su radio viejo… y ese aroma a madera húmeda, café recién hecho y tiempo.

El tiempo de alguien más.

Me siento en la cama.

Me hundo en ella como cuando era niño, como si todavía pudiera oírlo respirar.

"Eres lo que más quiero en este mundo, eso eres..."

No suena la canción.

La pienso. Pero no con nostalgia, sino con ese nudo en la garganta de quien no alcanzó a decirlo a tiempo.

Eres.

Eras.

Fuiste.

Lo recuerdo tarareando esa canción en la cocina. Cantándola como si no tuviera importancia, como si no supiera que me estaba dejando pedacitos de él en cada estrofa.

Ahora la escucho distinta. No hay guitarras. No hay voces.

Sólo el eco de su amor enseñándome a vivir sin él.

No sé cuánto tiempo me quedo ahí.

Solo sé que el sol entra por la ventana y acaricia la cama.

Como si él también estuviera diciéndome: “está bien, ya no estoy, pero sigues tú”.

Entonces susurro:

—Tú también fuiste lo que más quise.

Y cierro la puerta de su cuarto con cuidado,

como quien guarda un secreto sagrado.