Quienes son aquellos que se esconden en las sombras
Monstruos forrados de cartulina
Serenos en las sombras toman nuestra memoria
La amoldan, la acomodan como les conviene
Se comen uno a uno a los nuestros
A algunos los oprimen y agobian hasta no dejarlos respirar
A otros les regala una pantalla para que no puedan ver
Y todos caminan sin mirar al costado
Suponiendo que la única vida, la única que importa es la de ellos mismos
Todos saltan y patean sin mirar que cabeza, o que lomo está debajo de sus zapatos brillantes
Quienes son esos monstruos que rien desde el escenario
Esos que ofrecen brillantina, gel y cotillón para el regocijo de la tristeza ajena
Y los gritos se vuelven ecos secos
Golpes ritmicos de los látigos que los azotan
Y todos están sordos, nadie cree escuchar
Cuál es la verdadera escencia del mal
Yo creo que los ví, pero no me tocaron
Porque tome la mano del que estaba a mi lado
Y este tomo la mano del que estaba a su lado, y así, en esa cadena, uno a uno, apoyados en la fuerza del otro nos fuimos levantando, parando las patadas, frenando el suicidio, secando lágrimas.
Y poco a poco, con la fuerza del otro nos re acomodamos, nos reubicamos para dar pelea, aportando eso que ellos no tienen y que es más fuerte que las penumbras, la luz, el amor y la solidaridad.
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