Miradas vacías, reflejo de aquel que se limita a existir y cumplir. Alguien a quien se le arrancaron los sueños con la excusa de entrar en la realidad. (Realidad: esa construcción que vaya a saber uno de que trata verdaderamente).
Contrastando, miradas perdidas pero que expresan tanto como para que cada uno haga conjeturas a su gusto. Miradas que buscan desvanecerse en algún paisaje que miran sin mirar. Otras, tan transparentes, son aquellas cargadas de amor, acompañadas de una infaltable e involuntaria sonrisa.
Pero así también, están esas otras que transmiten tanta angustia, que son imposibles de describir. Algunas son un grito de ayuda, otras simplemente buscan cerrarse cada vez más.
Y las más interesantes de apreciar, a mi parecer, aquellas miradas tan inocentes... Miradas que reflejan real asombro por cosas tan insulsas. Maravilladas por la belleza que encuentran en la más absoluta simpleza. Cargadas de curiosidad, con hambre de conocer más y más. Reflejan un sinfín de sueños, el más puro y sincero amor. Imposible no contagiarse de todo eso al menos por unos segundos y dejar que una sonrisa se escape.
Las miradas dicen tanto, que no puedo evitar jugar a descifrar quién y qué se esconde detrás de ellas. Así, me pregunto también... ¿Qué dirá la mía?.
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