Las olas del cielo se movilizan ante su mirada que, angelical y picara, las observa con ansias de que una de ellas, en una de esas, se la lleven. Su mente vuela alto pero sus pies clavados en la tierra no le permiten seguirla. Planea futuros narcoticos en los que todo sale bien o el caos reina y el mundo se cae a pedazos. La cosa es que ella solo mira hacia arriba cuando adelante tiene todo a su alcance. Vive en nubes estratofericas de las que no logra bajar, nunca. Se paniquea al pensar en un mundo terrenal en el que las cosas, realmente, ocurren. Se crea historias ficticias que le parecen reales, tanto que convierte estas en su propia realidad.
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