A veces pienso que escribir no es otra cosa que tomar del cosmos una partícula con la que consigo arder.
El poema casi siempre sabe cosas
de uno mismo que ni uno sabía.
Escribir aunque no hayan certezas
Escribir porque no hay certezas
El poeta es un equilibrista,
que nada sobre,
que nada falte,
que todo baile.
Podar los versos, sí
tirarlos a la basura, jamás.
Todos los versos descartados
-con lupa y paciencia-
pueden tener lugar en otro poema.
Pero...
¿Qué hacer con el llavero de palabras?
Probar una por una hasta que se abra finalmente el cerrojo del verso.
En lo más simple está
y es tan difícil encontrarlo.
Un mismo verso puede tener tantas variantes
el producto cartesiano del poema no deja de asombrarme contra todo pronóstico.
La poesía es buena amiga,
escuchá cómo suena.
Persigo el poema como un perro que persigue su cola.
Aunque sé asumir que la inspiración es aleatoria.
Celebrar cuando viene,
escribir cuando viene,
escribir más
-todavia-
cuando se hace rogar.
Es un trabajo y como cualquier trabajo,
a veces me duele.
A veces no existe poesía para hablar de ello.
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