chillidos
desesperados
pruebo la furia
la que me ataca
la que me domina
y solo soy un fantasma
que camina
y ahora ya no busco
porque esta pérdida es mi culpa
si yo hablo de suicidio
es hablar de mi poesía
de lo más bello
¿qué hay de malo en el silencio?
si cada suspiro
es un intento angustiado
de querer huir
infancia y muerte
tejí con hilos mi ánima
y dejaré yacer la noche
desde entonces
mi abdomen ya es casi inexistente
piel escamosa
y ausencias
los pájaros en la madrugada
ellos me hablan
ellos me quieren
me necesitan
¿cómo explicarles que no hay redención en este mundo?
soy una propina
dada de mala gana
mi cuerpo desollado
no gana la batalla
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