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    Miedo al olvido

    maru

    Jul 30, 2024

    202
    Miedo al olvido
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    Hace poco terminé Niebla de Unamuno y recuerdo la sensación de los últimos capítulos: los escalofríos, la reflexión al instante. Ese sentimiento que solo te deja un buen libro. Para mí, que la muerte siempre ha sido uno de mis grandes miedos, ver como me gritaban a la cara que me moriría fue un golpe de realidad. Me sentí atacada, como si ese personaje del libro pudiera morir pero mi vida fuera finita, ilimitada. Es después de este gran ataque que plantea la siguiente pregunta: ¿Qué es ser real? ¿Qué es existir? El autor nos cuenta como personajes de ficción, como Don Quijote de la Mancha, es mucho más real que personas de carne y hueso que vemos a diario. Don Quijote tiene una personalidad, una vida, dentro de su historia ha vivido y ha muerto. Sus decisiones, aunque empezaran gracias a Cervantes, las acabó tomando el propio personaje. Cobro vida dentro de la ficción. El recuerdo mantiene vivo a Don Quijote, por mucho que nunca respirará el mismo aire que nosotros, por mucho que fuera una ficción creada por el humano.

    Millones de personas han vivido y han conocido a Don Quijote, y todas ellas han muerto. Y todos los que lean esto morirán. Augusto, el protagonista de Niebla, le decía a Unamuno claramente "Pero también Unamuno es cosa de libros...Todos lo somos...¡Y él se morirá, sí, se morirá, se morirá también, aunque no lo quiera..., se morirá! Y ésa será mi venganza. ¿No quiere dejarme vivir? ¡Pues se morirá, se morirá, se morirá!". Nosotros, que decidimos sobre la vida de nuestros personajes, que los matamos sin remordimiento, se vengan vilmente de nosotros. Lo que se nos olvida, claro está, es que si nuestro personaje tiene ideas lejanas a las nuestras, aunque no exista, piensa. No olvidemos que Descartes decía: "pienso, luego existo". Las ideas de nuestros personajes son inmortales, y tal vez eso es suficiente para existir.

    Nuestra existencia es tan fina y maleable que dudo en que nos separa entre un ente de ficción y nosotros. Parece que vivir esta conectado inherentemente a tocar, experimentar, sentir. Yo cuando leo siento todo eso, aunque sea incierto. Aunque mi cuerpo no lo entienda, mi alma lo abraza. Nosotros, temiendo a lo desconocido, queriendo vivir, vivir, vivir, pero a su vez queriendo morir, morir, morir. Sin embargo, aunque me dijeran que pertenezco a una nivola de Unamuno no me querría morir. Porque mientras lo sienta dentro va a parecer real. Porque, aunque dude de la existencia de Dios, comparto con este gran autor que hasta que no dejen de soñar conmigo, existo.

    maru

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