Pienso en Michelle durante diversos tramos del día.
Ella contaba con la motricidad para diluir su corazón entre mis dedos
usaba la costura para marcar los límites entre la pasión y el fervor.
Atando su pelo y con sus manos, cortaba las telillas por debajo de mis dedos
que se incrustaban después de una sesión de planchado y remiendo.
Y estando lejos, le hacía llegar el recelo hacia mi cuarto por en ese entonces, verla dormitar.
Pienso en Michelle cuando me encuentro en mi hogar.
Con ella supe que no existe contexto más bello que la espontaneidad.
Me dijo que no quería dejar nunca de dedicar canciones
que cuando lo haga ella ya no podría amar más.
¿No te pasa que a veces podés recordar la textura de su piel?
Pensar durante un instante
y recordar la forma de sus dedos
los detalles de su cuerpo
Conectándonos con lo que fue
con las brasas, con el humo, con el sol.
Escuchar el sonido de su voz
el ruido de su actividad
como si de la musicalizacion de mi rutina se tratase
Pienso en Michelle en ese momento donde miro por la ventana del auto,
Hay sol y mi mano yace posada sobre mi pierna inerte por varios minutos
cubierto por el manto del calor.
Y la vida es un videoclip dirigido por mis sentimientos
y musicalizado por mis pensamientos.
Siento que me inmolo por y para el momento.
Y pienso quizás, que es una lástima haber perdido ese amor.
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