La tormenta interpela el ambiente con angustia,
a veces el simple hecho del amor
no es lo suficientemente fuerte para que un corazón pueda ser feliz.
Se que mi ser es insignificante
frente a los ojos de quien desee poder brillar de la manera más fugaz
y resplandeciente posible,
y se que esta luz que siento que nace bajo la lluvia,
esta luz de esperanza por sanar,
llenando mi pecho con un sentimiento de tranquilidad
después de días de devastación
no es más que una salvación temporal
de la cual busco arraigarme
para no volver a desplomarme en la realidad de tu olvido.
Ojala mi cabeza y mi corazón
no se hubieran unido en contra de mi razón
para hacerme perder batallas diariamente
y obligar a mi espíritu a someterse a mi agonía.
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