Mi querido padre

No estoy triste por ti, me decepciona en lo que te has convertido.

Lloro por el padre que perdí a medida que fui creciendo, porque te perdiste en ese mundo de autodestrucción que hay en tú corazón, ya la mentira hace parte del descaro con que pretendes engañarme, y ya no soy una niña que te ama sin importar nada.

Te amo pero ya no más, la pequeña dentro de mí guarda con cuidado la imagen cariñosa que tiene de ti, el recuerdo borroso de que una vez fuimos felices de verdad.

Quisiera pero no puedo ser yo quién sane tus heridas, tengo las mías y debo sanarlas para no morir en el intento de vivir la vida.

Te estas perdiendo y yo te perdí, ahora eres una persona que no reconozco, eh sufrido tú muerte aunque tú todavía respiras, te perdono papá porque te veo a través de los ojos de esa niña que te recuerda con amor, y no voy a corromper esa imagen.

Tú en mi presente eres un extraño dañino, no quiero que me arrastres en tu miserable decadencia, te suelto, te libro y espero que Dios te ampare porque sólo él puede sacarte del hueco infernal en el que decidiste vivir.

Perdón pero yo debo vivir.