El sábado pasado tuve una expeirencia inexplicable.
Les cuento; hace mas de una semana en una conversación con el Pastor de la iglesia me dijo que el próximo sábado en la reunión de hombres yo me iba a encargar de trasmitir el mensaje.
Imaginen, mi cara de asombro, de miedo, mi corazón comenzó a latir de una manera desenfrenada.
Obiamente oculté mis emociones y le contesté. ok!
Además cuando Dios te llama, no puedes negarte.
Una semana orando, clamando a Dios, para que ponga palabras en mi boca, que me diga lo que debo hablar, que decirle a los varones. En esa reunión hay hombres de todas las edades, hay jovenes, y obvio esta el Pastor.
Pasó lunes, martes y nada.... pasó miercoles y jueves... y ninguna idea.
Pasaron fuzgazmente.
Hasta que Dios me habló y fue el viernes, por la mañana.
A solo un día de la prédica tuve que moverme rapido. Buscar en la biblia sobre el tema, orar, escribir como empezar la oratoria y como terminar. Agregar una experiencia personal y demás.
Todo fue intenso, pero emocionante.
Llegó el sabado, luego de varias canciones de la alabanza y de algunos testimonios de mis hermanos, tocaba mi turno.
Llegaba el momento del "Predicador", así me presentó el Pastor.
Cerré por unos segundos los ojos, respiré profundo y dejé que Dios obrara.
El resto, me lo guardo para mi. Lo resumo con que he cumplido con la tarea que me demandó mi Padre.
Quiero dejarlo plasmado, porque jamás olvidaré ese día.
Que Dios te Bendiga.
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