Mi oscuridad

Pensé que ya habia pensado en esto, en la forma de existir que tengo.

Creer por miedo, creer por la debilidad de mi ser.

Testimonio no tengo, no quiero escucharlos tampoco, por alguna razón.

Es que rezandole siento agua cayendome por mi pelo y mi cuerpo desnudo, eso sí es verdad.

No niego que sentirse a salvo, sentirse parte, sentirse amada, sentirse salvada me salva.

Me da miedo decir esto, escribir sobre esto...

Como si fuera a ser de nuevo parte de las llamas.

Pero escribe mi alma, no yo.

Es que no lo siento a Él donde deberia estar, no siento nada en donde deberia sentirlo.

Hay algo creciendo dentro de mi útero y nadie lo entiende.

No siento paz, luz, calma, al menos no cuando debería sentirla o en donde debería sentirla.

Siento dolor, placer y una dignidad que no sabía que tenía.

Creo que vi demasiado lejos, creo que todos mis ojos vieron demasiado.

Pero mi naturaleza es esta y no me diculpo por ella.

Que si hubiera de creer, creería en mi y en ella, no hay Dios que te odie al principio y te ame al final.

Siento algo diferente, sangre saliendo de mi entrepierna, desnuda me siento vestida.

Diferente, como si haya venido a demostrar cuan oscura es la noche, cuan profundo es el dolor,

cuan injusta es la vida y cuanta fuerza hay que tener para soportarla.

Hay algo creciendo dentro de mi útero, como un grito de todas juntas, como un saber ancestral.

Pero a veces creo profundamente que algo más me creó y no fue Dios.

Jamás puedo dormir en paz, jamás pude sonreir en paz y es que hay un ruido en el fondo persiguiendome: que

cruel tuve que ser, que horrible fui y cuanto tuve que parecerme a una bestia para haber sobrevivido pero,

no es un ruido que me atormente, no me averguenza, no me entristece...

Pero si me da miedo cuando no puedo rezar, cuando ya no puedo creer en Él, como si hubiera visto demasiado lo que soy capaz de hacer por mi misma, un amor que siento que ni Dios me tiene.

Yo se que hicieron un infierno de mi pero yo se que de alguna manera nací para arder y eso siento… 

Me arde el cuerpo como si estuviera prendida fuego, y aunque transpire sangre, aunque me encuentre cantándole a algo que hoy no sé que es, ahi pertenezco,

hay algo antiguo en mi que no se explicar, que jamás pude poner en palabras, una oscuridad tan grande tan oscura y tan interminable que me hace pensar que hay más que solo yo, y tampoco se como acceder al fondo de mi misma.

No se como llamarlo, no se como decirle, magia, y me siento pura, puramente yo. 

Solo sé que jamás me siento perdida cuando la luz se apaga, capaz yo sea la noche de la que todos hablan. 

Ojalá Dios no llore por eso que escribo, espero que él me haya hecho.