Mi Noche, Mi Amor De Noche.

Las palabras que salen de tus ojos

son más dulces que cualquier canción 

que mi alma haya escuchado.

No necesitas hablar 

porque ya tus pupilas dicen todo:

que hay ternura, que hay fuego

que hay un universo al que me quiero mudar.

Con dos palabras tuyas,

con un simple saludo 

yo dejo de ser quien era

para convertirme en algo mejor.

Tu no lo sabes, 

pero cada vez que cruzas frente a mi

mi mundo se retiene y renace;

como si el tiempo dijera:

“ahora si vale la pena seguir adelante.”

Sueño, 

porque no me queda cosa más valiente que eso.

Con que, algún día

tu corazón se junte con el mío.

No como destino impuesto, no.

Sino como elección libre y amorosa.

Sueño, 

porque en ti descubri 

que amar en silencio

es también una forma de resistir al oído.

Y si se tratara de sacrificar algo, 

mis ojos, que tanto te buscan, los darías sin dudar.

Mi vida misma,

si con eso garantizo un solo segundo

en el que tu alma y la mía se abracen sin miedo.

No es exageración, 

es certeza que brota de un amor que ni yo entiendo.

Eres mi noche,

Mi amor de noche.

Ese que florece cuando todos callan

ese que vive sin testigos

pero que arde con más fuerza que el día.

Eres mi amor eterno,

ese que no necesita presente porque está escrito

en cada intento de poema 

en cada respiro que pronuncio sin ti

en cada silencio lleno de ti.