Siempre pensé que era un cliché,
que el amor volvía mágico lo ordinario,
pero con vos,
hasta el silencio se siente como un milagro.
Una conversación en la madrugada,
bajo el manto estrellado de un otoño tardío,
tu voz dibujando constelaciones en mi pecho,
tus ojos atrapando los míos
como si fueran lo único valioso en el universo.
Cinco minutos escuchandote
podrían salvarme de un año entero de frío,
porque en vos no existe el tiempo,
solo la eternidad de un instante
que no quiero dejar escapar.
No existe momento ni lugar
donde encuentre más ternura
que en tu beso demencial,
esa locura que quema
y me susurra al oído
que el amor puede doler
y aún así sentirse como el paraíso.
Me da miedo,
me asusta pensar en lo mucho que te amo,
porque si la vida es esto,
si la felicidad tiene un nombre,
el tuyo es el único que sé pronunciar.
Quisiera tenerte por siempre,
escuchar tu risa todos los días,
porque mi lugar favorito en el mundo
es siempre donde vos estás.
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