Anoté alguna vez en mi diario que no te gustan
las cosas convencionales.
Eres una persona poco ortodoxa,
que se quiere hacer entender a través de señales.
Si pudiera recolectar todas las rosas del mundo y dártelas, lo haría.
Por más que el tiempo me agote
y mis manos se tornen rojas por el daño que las espinas
me causarían.
Ojalá me permitieras descongelar tu corazón
con una suave melodía.
Por más que mis cuerdas vocales no lo soporten,
te cantaría todo el día.
Dibujé alguna vez en mi diario tus ojos
tristes y vacíos.
Esperando el día en que alguna vez
encuentren a los míos.
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