Mi corazón.

Te voy a guardar en un rinconcito de mi corazón, en uno muy escondidito que se encuentra muy profundo en lo que soy, para que ni yo misma pueda sacarte de ahí, un rinconcito que olvidaré y tendré siempre como parte de mí. Ahí estarás y te amare tanto como me ame a mí. Es por eso que te escribo, para darte esa seguridad, para fortalecerte y enviarte todo el amor del mundo. Estoy segura que en esta vida no tenemos más espacio pero en la próxima espero que me busques y hagamos las cosas bien desde el primer beso, desde que nos conozcamos, desde el inicio.

Me preguntó que tan cruel puede ser una espera que no llega, un barco a la deriva y un cielo estruendoso que no gotea. Me preguntó si desviare mi nobleza y endurece todo a mi paso, si conservaré mi ingenuidad y mis ilusiones o me consumirán mis miedos. Por las noches estás ideas rondan por mi mente, se hacen un espacio en mi cama y me tiran por la orilla obligándome a buscar un espacio seguro en mí, lo he encontrado, eres tú; viviendo en ese rinconcito que yo llamo corazón. La incertidumbre ya no tiene más cuchillos que clavarme y el desamor no tiene más dolor que regalarme, lo he sentido todo contigo y sin ti. Por eso seguiré creyendo en cada palabra que pronuncié alguna vez, en mis sentimientos, sueños, en mi amor por ti. No importa si me desvanezco, no importan mis caprichos o mi mala suerte pues ya entendí que en esta vida no te tengo. Y la única forma de seguir existiendo con esa idea es que seas mi corazón.