La casa ya no es nuestra,
hay recuerdos enterrados
y paredes impolutas
que ocultan mis trazos.
Fuimos y volvimos,
nos fuimos otra vez.
Nunca para siempre
hasta contar hasta diez.
¿Cómo algo tan lleno de vida
se habitó del silencio más mortal?
¿Cuál va a ser refugio
de mis perros muertos,
de mis girasoles robados?
Cuando pienso en casa
veo su cara.
Ventanas por ojos
cierran sus persianas.
Otros crecerán las flores,
qué veré del otro lado
pero se enredarán en mi alma
porque una parte de ella
está donde sea que yo vaya.
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