Siempre me pregunté a qué se debía la nostalgia que encontraba detrás de tus ojos.
Traté de explicarlo muchas veces, con variadas razones que apaciguaran la intranquilidad que crecía por dentro como las raíces, apoderándose de mí.
Muchas veces quise hallar respuestas al repiqueteo dentro de mi pecho cada vez que sabía de ti, más me encontré una y otra vez ignorando el hecho de que estabas frente a mí.
Alguna vez se me cruzó por las ideas, imaginar una remota posibilidad en mi cerebro avasallante; buscar la razón del porqué.
¿Por qué cuando me canso vuelvo a ti? ¿Por qué cada vez que me lastimas me conduzco inconsciente hacía los inicios de tu calma? Serás alguna clase de Roma, ¿O por qué todos los caminos me llevan a ti?
Sin embargo, hallé tu sombra comiéndose mi rastro tiempo atrás, lejos, en otra vida. Si, mi alma en otra vida.
Otra vida tatuada en el nacimiento de mis huesos, migajas de mí que vivieron un último respiro para estar frente a frente tú y yo. Es un breve recuerdo de nosotros viviendo en otra vida. Un, apenas efímero, amor.
Pero la respuesta está en el nombre del fenómeno.
Fuimos
Otros
Nunca nosotros
¿Nosotros cuando fuimos otros?
Siempre me pregunté a qué se debía la nostalgia que encontraba detrás de tus ojos, resultó ser el reflejo de los mios. La nostalgia era mía, los pasados eran míos.
Mi alma de otra vida, en otra, no en ésta.
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