Mi adiós, mi atardecer.

Siempre te voy a desear el bien, hice lo que pude con lo que tenia, lo que estaba a mí alcance.

Siempre fui paciente e intenté serlo aún más, pero no funcionó o no lo hice notar, sinceramente siento que fallé, que te fallé al no darte eso que querías. Pero no sé que pasó, no quiero echarle toda la culpa a la distancia, pero ambos sabemos qué al no tenernos complicaba todo, el estar lejos siempre fue lo que principalmente nos hacía estar mal.

Siempre que uno se ahoga en tristeza y llanto suele imaginar, sentir y pensar cosas aún más fuertes de lo que son, o que incluso aunque sea por momentos te hagan pensar cosas de mala manera, cosas que no son.

Nadie es malo por seguir con su vida, yo siempre te desearé el bien porque no te odio, no te desprecio, no te detesto, no puedo odiar a la persona que quiero, a quien me dió ganas de por primera vez en mí vida querer e imaginarme como padre, de tener una familia y compartir cosas siempre. Ese sentimiento y pensamientos fueron y son muy fuertes inclusive ahora mismo, a esa persona no le deseo el mal ni hoy, ni mañana, ni nunca.

Espero que seas muy feliz junto a quien te enamores, que puedas sanar, mejorar mucho más, y que puedas amar lo más fuerte posible, y espero que recibas lo mismo e incluso más, espero que te amen de la misma manera en que yo lo hice (o que también pude haber hecho si me tenías ahí) que incluso te amén más fuerte y te den esa seguridad que siempre quisiste.

Ver el sol del atardecer me hace recordarte profundamente, y cada vez que lo hago suena tu voz y tus canciones en mí mente. Espero que hayas sido feliz conmigo el tiempo que duró, espero que hayas aprendido cosas buenas y cosas malas, hice lo que pude con lo que tuve y se que vos igual, lo respeto de corazón y está más que bien.

Esto lo escribo para vos, pero también para mí así espreso lo que siento, y ojalá lo leas algún día.

Me dolés como no te das una idea, cuidate.