Merezco mejor suerte.

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¿Merece alguien vivir?

El hecho mismo de nacer ¿se merece?

Luego está el añadido: nacer rico o pobre, en un país del sur o del norte. Nacer en una tribu enmedio de una selva. Nacer en Hunts Point. En Buciegas. Del vientre de una reina.

La genética. Las enfermedades y las adicciones a las que se está condenado o predispuesto.

El noventa por cien de las personas que nacen pobres, mueren pobres, por muy listas y trabajadoras que sean. El noventa por cien de las personas que nacen ricas, mueren ricas, por muy tontas y haraganas que sean.

Eliminada, pues, la meritocracia; ¿Merecemos nuestras vidas?

Supongo que es como plantearse si el sol merece ser de su tamaño o la luna no tener atmósfera.

No hay dios que pueda justificar el sufrimiento de un niño.

Las cosas son sin más, porque es posible que sean.

No soy novio de la muerte, pero somos amigos con derecho a roce.

Quedamos, de vez en cuando.

...

En mis inviernos retirado.

Aquí que somos siete y quien escribe, me siento cómodo y tranquilo.

Y digo.

Pero me noto abatido.

Observo en este medio mi vida sin mí y no sucede nada. El silencioso al hoyo.

Mi "literatura" es insignificante, como lo es mi crítica política.

Este darse cuenta de lo que uno sabe, es no flotar, es pisar el duro suelo. Medirse y pesarse. Pensarse.

Me duele, de esto, la cobardía del no mostrarse. Me asquea eso de renegar de la política, con ese "todos son iguales", como si eso no fuera dejar que los de siempre nos maten.

Lo peor de esta tierra nuestra se alimenta de la chulería de los cobardes. De los que no opinan para no ser señalados por nadie.

Tantos conozco...

Lo otro, la poesía, la ficción, la "filosofia", son más para mí que para nadie. Armas de escaso calibre y, tan defectuosas, que solo a mí pueden herir. No importa que no se echen de menos.

Volveré (dijo aquel que lo dijo).

Posdata innecesaria:

Muchas veces no son buenos los que persiguen a los malos, simplemente, son delincuentes en el lado cobarde del negocio.

Y conste: Si la realidad fuera ficción no se pondrían de parte de lo peor.

En el cine van con el Zorro y Robin Hood, y luego votan a Ayuso, a Milei o a Netanyahu.

¡Ay, Señor!