Llámame cuando me quieras… pero quiéreme hoy.
Quizás esta vez no te niegues a dejarme ser tu amor.
Una hora de ida, otra de regreso…
te juro que las aguanto si a cambio me regalas un beso.
Ya no quiero seguir esperándote,
ni seguir tragándome estas ganas de besarte,
de preguntarme, en silencio,
hasta cuándo.
Tus ojos me dicen “te amo”;
tus besos, “te deseo”.
Hace meses que no duermo:
soñarte es recordarte,
como si por un instante
pudiera tenerte a mi lado.
Por ti, dejaría todo… incluso lo bueno.
Llámame cuando me pienses.
Llámame cuando me extrañes.
Llámame cuando tus labios
se mueran por besarme.
Llámame sin miedo,
como si fuera una muñeca olvidada,
jugando al té en una casa antigua.
No quiero dejar de amarte.
Tampoco quiero olvidarte.
No quiero imaginar a nadie
que no lleve tus pecas sobre la piel,
ni pronunciar un nombre
que no te pertenezca.
No quiero saber que estamos vivos,
ambos deseándonos,
y que aun así no nos tengamos.
No quiero una vida con sabor a poco.
No quiero buscar a alguien nueva.
Quiero volver a conocerte,
que me permitas presentarme,
y ser lo que siempre he querido ser contigo.
Por cobarde, no te pedí ser mi novia.
Por miedo, hoy soy tu amigo.
Porque me aterra perderte,
me asusta mirarte un día
y ya no poder amarte.
Con amor, tu flaco.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión