medianoches en el alba

Aceptamos las cosas no consolidadas en creer que nos seguimos hablando en un matrimonio imaginario, mientras decidimos jugar una rayuela que parte del recuerdo hasta nuestros brazos.

Ella escribió "mi poeta favorito" en mi máquina de escribir porque la persona que te desea muchas veces nunca sana, se levanta en un duelo con espada, escudo y caballería contra las labores de la sombra.

Y en la batalla una luz magra deslumbra a una poeta que le escribe una carta a un poeta que no fue feliz; y en los dos los ecos nostálgicos los condenan a perderse sumidos en un aislamiento de la dulzura.

Acá, sin otras circunstancias, los dedos que entran entre arterias me ahogarán, acabarán mi oxígeno y las medianoches en el alba van a ser lo que ella para mí en el espacio concurrido, separado.