Me voy.

Me voy
en la noche a la luna.

Te pido: no me sigas,
no me quedes
mirando por la espalda,
no me des motivo
para darme vuelta,
ni para mirar por sobre el hombro
para ver si mirás,
si todavía…

Me voy.
Probablemente tarde,
más tarde de lo que debería,
o debí, o debo
(probablemente debí
haberme ido hace ya mucho).

Me voy. Antes que no quede tiempo.
Me voy.

Y sé muy bien
que cuando lejos esté
me sentaré mirando para acá.
Pero no miraré para atrás, amor
sino
solamente
hacía otro lado
donde no estaré
para escuchar tu soñar.

Lloraré, quizá, sí. 
Moriré al extrañarte en un sueño
y volveré a la vida despierta
pensando volver a casa.

Pero ya no volveré esta vez, amor
está vez
no volveré a volver.

Y me escucharé gritar
y me escucharé reír;
me escucharé en silencio.

Recitaré los mismos versos
una y otra vez
hasta encontrarles sentido
y al encontrarles sentido
partiré de nuevo
hacia ninguna parte.

Es probable no te olvide.
Por más que quiera, por más que intente
por más que grite, que ría, que llore.

Me desangraré quizá en palabras por sentirte olvido
hasta no verte dibujada en cada palabra del mundo
y mentiré para mí
diciéndome
esa sonrisa,
esa pasión que reverbera
no debe ser tu nombre el que grita
aunque probablemente sea