Me susurran: Argentina es tu libertad.

Me ahorca, con sus manos me aprieta fuerte las cuerdas vocales, aprieta para silenciarme, me presiona para no salir. 

¿O la que presiona soy yo?

¿Porqué el enojo tiene tan mala fama?

Mi enojo se escondió tanto tiempo abajo de la alfombra que fue transformándose, reprimir hizo que se retroalimente.

Sin que yo me diera cuenta se fue transformando en un monstruo, uno que solo me atormenta a mi. 

Lo negaba, no lo veía, no lo escuchaba, hacía mute y me metía al mar. 

Mi enojo, válido de existir, fue apagado por mi miedo, por no querer soltar, por sentirme muy expuesta, porque me enseñaron que enojarse demuestra interés, te hace perder poder.  

Esa emoción ahí retenida, me fue enfermando, mi sistema digestivo y mis nadis se bloquearon. 

Yo se lo atribuí a Argentina, no es mi enojo el culpable de mi hinchazón constante es un país entero. 

Gracias a mi respiración logre pasar los barrotes donde estaba encarcelado, ya no era más enojo, era furia, ira y resentimiento. 

Creció, se agrandó, sin motor, sin gasolina, se empoderó porque yo no los quise o no los pude escuchar. 

Hoy sí estoy lista,

Hoy dejo salir mi emoción, tal cual es, la dejo gritar hasta que se canse y se pueda volver a relajar, ahora hay casa a la cual volver.

Soy mi hogar, me reconozco como mi lugar seguro, ya no tengo miedo de ser yo.

Decidí volver a Argentina, mi alma me está pidiendo estabilidad, me pide paredes, rico olor, música, una biblioteca repleta de libros, cuadros con mi arte, a Perez enrollado en su rincón esperando que lo empiece a molestar. Me pide parar. 

Vuelvo feliz, con muchas ideas, con ganas de crear, de armar comunidad, de hacer nido para poder viajar desde otro lugar.

Luna llena en Piscis , Eclipse parcial, 

¿Qué te puedo decir amiga más que GRACIAS?

este viaje a mi misma no hubiese sido lo mismo sin vos. 

Le hablo a la Luna, sí hago mucho eso.