El bullicio me absorbe.
Las voces revolotean
en mi mente
y la noche sobria
me envuelve.
El amargo silencio
me lleva al frío hielo
que marca mi final,
y en ese revuelo,
te veo.
Tus ojos indagan en mi alma
como la tinta explora el papel,
buscando una razón,
un por qué.
La tormenta desaparece
y aún sigo perdida en tu mirada.
Tienes la osadía de preguntar,
esperando una respuesta clara:
—¿Qué pasa?
Y en mi cuerpo y alma
sólo una palabra
para describirlo basta:
—Tú.
Blanca Bermúdez
Escribo para sacar del alma lo que no se puede decir en voz alta. Gracias por leerme. Quédate. Comenta.
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