me hubieses roto el alma

pusilánime me socorriste,

tenáz rompiste mi corazón.

si tan solo hubiese sido consciente,

que rompias con tu ambición todo

lo que cargaba en esas cajas.

en esas cajas que ya no son más mías,

iban tus pilas, tu arroz y tu miel.

llorabas culpable, me mirabas los ojos, me rozabas la piel.

no puedo sentirte porque para mi no estas,

aun recojo la sangre, sentado al umbral,

los rayos del sol no me queman, me curan.

me hubieses roto tambien el alma, a ver si así no sentía

que me rompia lentamente con tu adios,

que me secaba veloz con tu partida.

mecía, en cama, dormía en dos, tres, cuatro días.

me hubieses roto también el alma,

para morirme muriendo como ahora estoy.