Me gustas, pero no me gusta que me gustes
Te veo pasar
mi corazón late con fuerza y mi pulso se acelera
mis mejillas comienzan a arder y mis ojos no saben a dónde mirar.
Tú pareces no darte cuenta
yo, por otro lado, trato de disimular
todo mi universo está patas arriba solo por ti.
De pronto me miras
nuestros ojos se encuentran
es ahí cuando el mundo se para para mí.
Pareciera que nuestras miradas se confesaran
mis ojos te dicen lo que cuento en los poemas que nunca leerás
pero yo todavía no sé qué es lo que me quieren decir los tuyos.
Entonces apartas la mirada
siento como si hubiéramos estado horas mirándonos
pero miro el reloj y solo han pasado unos segundos.
Me paso todo el día pensando en ese momento
y me desvelo hasta las dos de la mañana
pensando en ti, en tu mirada y en qué me quería decir.
Entonces, para no pensar más, te escribo un poema
no encuentro palabras para describirte a ti y a esos ojos
esos ojos café en los que me pierdo cada día y me quitan el sueño.
Poco a poco me voy quedando dormida
al día siguiente me despierto con ojeras y cansancio
pero, curiosamente, no me arrepiento de nada.
Supongo que ese es tu estilo
o tal vez debería decir nuestro estilo
quizás es por eso que me gustas, pero no me gusta que me gustes.
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