me dicen que me parezco a ti cuando les muestro tu foto
Abr 26, 2025

Mamá,
sé que te molesta cuando no respondo los mensajes, en ocasiones me despierto muy tarde como para dar los buenos días o me duermo demasiado ocupada como para recordar darte las buenas noches,
hoy se cumplen tres meses y cuatro días desde que partí de casa. Eso significa que faltan dos meses y veintiún días para volver.
A veces me apena contarte cómo me va, pero sé que son ideas mías, sé que cada que te digo que me siento un poco triste, me consuelas y me dices que es normal, que irme completamente sola a un continente tan lejos de todo lo que conozco sería difícil para cualquiera, sé que eres la primera en entender que esto no es fácil, sé que eres la primera en abrazarme y decirme con lágrimas en los ojos que estás orgullosa de lo lejos que he llegado, de lo lejos que sabes que llegaré.
Así que lo siento por, aún así, no poder dejar de sentirme apenada.
Cuando me siento a hablar conmigo misma y reflexiono sobre este acontecimiento, claro que pienso en todo mi esfuerzo, pienso en los días enteros que pasé en la universidad, en las noches que me maté estudiando, en los exámenes entregados con la nota más alta, en los créditos sumándose semestre con semestre en mi carnet, en las felicitaciones de los profesores y las palabras de aliento para no rendirme, en las charlas en el auto cuando después de recogerme de un día agotador, yo te decía:
- Quiero irme a España.
Y tú siempre te quedabas en silencio,
te asustaba la idea de que tu hija, la más chica, la que aún se colaba en tu cama para dormir cuando todo era demasiado pesado, saliera de casa.
Yo, que nunca he salido demasiado lejos, que nunca he sido de calle, que nunca he dejado que me partan el corazón.
Tu niña, la que nunca tuvo el gusto por cocinar como tú, o como mi abuela.
Tu niña, la que todo te cuenta, aún cuando fueran cosas que no te gustaran, como la primera vez que quise probar la mota, pero prefería hacerlo en casa que en cualquier otro lugar.
Tu niña, la misma que desde bebé decían que sería tu karma, porque si alguien tendría un cáracter como el tuyo -o peor- iba a ser yo.
Tu niña, la que pasando a los seis años frente a una universidad te dijo ''Mami, yo aquí quiero ir cuando sea grande'' y decidiste contárselo quince años después, una mañana al dejarla en ese mismo lugar para iniciar sus clases, haciéndole saber que había cumplido un sueño que ya ni siquiera recordaba haber tenido.
Tu niña, a la que miraste a los ojos y fastidiada comenzaste a hablar de cómo me daba miedo ir sola a la tienda como para poder irme sola a otro país.
Y aún así, a esa misma niña, la ayudaste a imprimir los boletos de la rifa para recaudar fondos, la llevaste a todos los bazares posibles para vender su arte, le chuleaste cada obra nueva y cada proyecto finalizado, y le abrazaste cada miedo conforme la fecha de irse se acercaba.
Por eso es que dentro de esa reflexión, mi parte favorita de todo esto no es mi esfuerzo, ni tampoco el logro, mi parte favorita no es todo lo que estoy conociendo, ni el hecho de estar aquí, siendo sincera, mami, mi parte favorita siempre es imaginarte allá en México, orgullosa de mí, feliz de contarle a la familia y a tus colegas de la oficina dónde estoy. Mi parte favorita es haber llegado aquí con miedo, sin señal ni crédito, hasta mi departamento donde lo primero que recibí fue un audio tuyo expresando en voz alta ese orgullo, uno que me hizo sentir que todo había valido la pena, que ese era mi éxito.
Quiero que sepas que estoy bien, que he conocido gente buena, gente que me impulsa y me apoya, gente que me procura, que me cuida cuando estoy enferma y que en vez de limitarme, acelera mi creatividad.
He conocido gente inteligente, profesores con mucha sabiduría, que me aconsejan y me enseñan, que me comparten convocatorias y que me aceptan en proyectos que no me corresponden por el simple hecho de querer hacer más, de demostrar iniciativa.
Quiero que sepas que me cocino a diario, que entendí porqué no te gusta que alguien más este en la cocina, o que dejen platos sucios en el lavabo. Entendí porqué hay que cuidarlo todo como si fuera propio.
Quiero que sepas que te extraño, que extraño a mis hermanos y a mis abuelos, que cada mensaje me llega como un roce al corazón, y aunque no volveré siendo una persona que desconozcan, definitivamente tampoco volveré siendo la misma.
Te amo, y nos vemos pronto.
Tu garrapata, tu muñeca, tu gorda, tu niña.
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