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Tiene los ojos café y el pelo negro como la noche. Se mueve impulsivamente, siempre está apurado. Usa remeras blancas y pantalón negro. Zapatos de trabajo y guantes sin el pulgar ni el índice, para agarrar el celu. Usa una riñonera grande, es como una caja de sorpresas. Tiene mochilas y bolsos, siempre de color negro. Va y viene, va y viene, te marea, parece nunca parar. Tal vez así se desvíe de algo, nunca pude entender de que.

Mauro tiene apego evitativo, o eso me dijo cuando lo conocí. Pude corroborarlo aunque para mí tiene apego ambiguo. A veces lo da todo, otras veces es el silencio mismo. Se contradice, nunca vas a saber para que lado correr. Para mí en el fondo se divierte confundiendo y conflictuando a las personas, pero eso lo sabe solo el.

Odia a todos, todos le rompen las pelotas. Pero cuando puede ayudar a alguien, lo ayuda. Ha pasado la mitad de su vida buscándose a si mismo. Se vive dinamitando para crear una versión nueva, sin descartar del todo la anterior. Y es que a veces se convence: dice que si se dedica a sus pasiones nadie más va a distraerlo. Teme con perderse, sin embargo no descansa bien. Dudo que conozca estados prolongados de paz y tranquilidad. Se lleva todo el tiempo al límite, aunque diga que no, y que estoy exagerando.

Estudia y trabaja de 9 a 21. No quiere perderse pero no tiene tiempo para el mismo. Paradójico, verdad?. Ocio es una palabra que desconoce, a excepción de los momentos en que deja de importarle todo y se sume en otra de sus pasiones, los videojuegos. Ama jugar y también ama dibujar, crear. Tiene muchísimo talento pero a veces tiene un ego tan grande, que no se da cuenta que es un ser humano incapaz de controlar a Dios y al cosmos. Para mí esa carcaza es miedo, se lo dije pero no le gustó. 

Tiene la disciplina de un soldado, pero es inconstante a veces. Se frustra rápido y se entusiasma igual de rápido. A veces es como un niño y otras veces, como un viejo estructurado y cascarrabias. Es rudo, desafiante, ácido, desubicado, soberbio, infumable. Pero en el fondo no tan fondo, le molesta el rechazo. Abraza el dolor pero lo evade a la par. Quiere sentir de verdad pero se escapa. No quiere que lo traiciones porque ya ha dolido mucho. Sin embargo quise ser un lugar seguro, darle todo mi amor para que no tuviera que dudar. Pero el se aferró a si mismo. Y me enseñó que el amor no todo lo puede. Me enseñó que yo tampoco puedo controlar nada. Mucho menos la elección de otra persona, de sacarte de su vida. 

El es una gran tipo, pero te vuelve locx. Su energía es densa pero cuando se suelta se expande. Yo se que en el fondo su frialdad es superficie. No depende, no quiere nada, nadie le importa más que si mismo. Dice solo dice. 

Yo he visto su dolor. Y he visto su humanidad. Para tratar de comprenderlo, hay que usar la ley de los opuestos. Si te dice que te odia es que en realidad te estima. Si te putea, algo le duele. Les dice a todos que se calmen y que no se hagan los vivos pero el que debería calmarse y quedarse en el molde es el. Tiene mucha rabia, y mil incertidumbres, sin embargo en el fondo -muy en el fondo- es dulce. Necesita compensar, menospreciarte un poco para que no creas que sos tan importante. Sin embargo a veces le gusta salir al rescate, sentirse útil, valorado, ayudar y estar en los detalles. 

El es complejo y creo que vale la pena. Por eso intenté reconstruir más allá de nuestros errores. Pero si el no me quiere en su vida, debo aprender a seguir adelante.

El es un ser humano con virtudes y defectos como todos. El también, ya decidió. 

Lo único que deseo es que algún día encuentre la paz que tanto anhela, pero sin contraindicaciones. Hablo de paz verdadera. Que el cansancio des-posea su cuerpo. Que deje de decir que todo está bien cuando en realidad no lo esta. Que se haga cargo de su deseo y lo ejecute con coraje y honestidad. Que se ame pero de verdad, que se cuide y deje de tratarse como a una máquina. Que se clarifique y que gane la batalla. De él contra él. 

Porque ya no espero a Mauro, tampoco quiero que vuelva. 

Solo deseo que algún día rompa las cadenas, 

que lo atan a si mismo. 


Andy Casciotta Gracia

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