Masterclass de amor.

“veo a mis papás y no quiero amar como ellos se aman”

Cuando era chiquita mi mamá siempre me daba besos en la frente, esas fueron las primeras demostraciones de amor que recibí; además de los abrazos y las caricias en las mejillas [nunca me gustaron lo suficiente, siempre terminaban en pellizcos que me marcaban la piel, se ve que la suavidad no venía incluida]

Aprendí a decir “te quiero” y “te amo”

¿uno tiene más peso que el otro? ¿por qué? si te quiero, ¿no te puedo amar también?

ellos se amaban y de eso me enseñaban, ¿en el amor también hay dolor? eso entendí, según la tristeza de mamá y las lágrimas de papá.

¿A qué nos lleva el amor cuando deja de haber amor? ¿en dónde nos deja parados? en la esquina del rencor y desconfianza, con la mirada impregnada de odio y dolor.

Mi viejo conoció a una mujer, es parecida a mi mamá pero con un humor particularmente amargo y huele siempre a alcohol.

Mi vieja encontró una mujer, jugó con su cabeza y con su corazón también. Dice la quiere y la ama también, de una forma un poco extraña, se ve, y me enseña un poco más de ¿amor? este amor después de un tiempo te aleja de tus seres queridos ¿de vos misma también?

¿Ésto es amar? ¿eso es que te amen? yo no quiero aprender más de esta clase de amor, viejos, por favor.

Déjenme aprender a amar a mi manera, sin lágrimas ni tristezas, sólo con caricias en las cejas.