Masones

El otro día visité el templo masón que hay en mi ciudad en el marco de la noche de los museos. 

Hacía calor esa noche y había mucha gente, entonces preguntaron cuales eran los requisitos para entrar a la logia washington. Escuche decir que tan solo eran dos: ser libre y estar limpio de antecedentes; luego explicaron que el sentido de la logia es que en un mismo espacio consigan interactuar personas que pertenezcan a ámbitos socioeconómicos y culturales distintos. 

Al cruzar la puerta, todo título, se desvanece. 

Luego reflexionaba, en qué es lo que hace que un hombre sea libre. 

En sus palabras, no ser <preso> de algún tipo de fanatismo o atadura, y sin embargo pensaba, que simple, si así fuera, considerar a un hombre libre en tanto y en cuanto no sea dominado por una pasión. Qué insulso. 

Pensaba también en aquellas personas que carecen de los recursos económicos necesarios, para al menos, satisfacer sus necesidades básicas. Y me pregunto, qué libertad puede encarnar un hombre que no tiene disposición para ejercer su <libertad> por estar sujeto a la incertidumbre y a la presión de no saber, si esa noche podrá llevar el pan a la mesa para que sus hijos coman y duerman con la panza llena. Qué libertad puede tener aquel que vive atado a la angustia de no saber si, luego de arrastrar el carrito y juntar cartones toda la madrugada, podrá rescatar unos mangos pa la copa de leche. 

Qué libertad de aquel que vive atado al hambre material y espiritual. 

Al hambre que deviene en más hambre. 

Qué ausencia de antecedentes de aquel que es juzgado por vagar por las calles y llamar a las puertas de las casas con veredas lustradas, para pedir algo pa comer o pa limpiar, los yuyos de esa vereda ya limpia. 

Entonces me hubiese gustado decir que la logia no sólo exige dos requisitos, que eso que exige esconde más, que no creo que busquen a esos hombres ‘’libres’’. Al barrendero o cartonero de la ciudad, al que junta la basura insalubre y los vidrios rotos que ni siquiera nos dignamos a etiquetar. No creo que busquen a esos hombres atados a sus necesidades más básicas, a la presión de saber que la plata nunca alcanza. 

Cuáles son esos hombres a los que buscan.