Soy la hoja que soporta la tinta demarrada en la punta derecha. Querido Bukowski, repito y vuelvo a empezar. Eres cruel, tus poemas no están perdidos, la puta los ha guardado en su pecho. Tu le ofreciste el pañuelo, y lo has olvidado. Incluso de la rabia le dedicaste uno, furioso, danzante. Que perdura entre las hojas reimpresas. No seas duro con ella, que ahora recita en silencio, No trates de victimizarte, los lanzaste como a un fusil que ya no tiene balas. No eres abstracto, estas en tus páginas, incluso lo que has perdido ahora yace al final del poema. De los brazos de ninguno de habrías desecho, ¡Te hubieses visto jugando con el borde de la mesa para destapar una botella!, incluso los cuadros, no bromees, serian fuego para una noche de jolgorio. La próxima vez que nos veamos, encontraré las hojas, recitaré en prosa y te avergonzarás de mi por tratar de escribir una historia.
Imagen de Pexels. Propiedad de Arnie Chou

Verónica Abir
Solo lo intento cada día, como respirar. Ves tus ruinas como son, libres de la ilusión, las expectativas (...) de modo que por fin puedes empezar a contar las tuyas. BELMAR, Issac
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