El amor es un fenómeno curioso,
y cuando lo tocas, dudas.
Te preguntas si solo existe lo material,
porque, al amar, sientes algo más.
No es solo su cuerpo lo que amo;
amo sus ideas, sus palabras.
Y no es solo su mente;
pues la amaría vacía,
como si, por un instante, existiera un alma
o una forma suya, tallada en la tela del mundo:
irrevocable, indestructible,
como una idea que se vuelve irreproducible.
No importa lo que pase;
esa persona será.
Y mi amor,
así mismo,
no perecerá.
En la ausencia más larga,
en el letargo más profundo,
me invade su ser.
La idea de volverla a ver,
sin necesidad de sentidos,
más allá de un latido,
explota lo que, para los humanos, es
un amor sin sentido.
Escapando de lo fallido,
de lo irreal, de lo fugaz,
más allá de los sentidos,
donde el amor, tú y yo,
siempre existimos.
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