Más afectada de lo que quiero admitir

Hoy lloré mucho porque me dí cuenta que sigo ignorando muchas afectaciones y me lo hicieron notar unas amigas. Creo que le bajo el precio porque en el fondo quiero que pase, pero no estaría funcionando.

¿Por qué debería soportar esto? Porque la otra opción es dejar de vivir. Pero… estas secuelas persisten. Las pesadillas con las humillaciones, los gritos en la noche, seguir temblando ante cualquier palabra del director donde trabajo, y ni siquiera poder pensar en conocer a alguien. Asociar la posibilidad de apertura emocional con otra persona es un chiste de mal gusto, porque tiemblo ante cualquier interacción.

Mis amigas cercanas me dicen que agarro todo lo que puedo y le pongo un candado, y sin darme cuenta, me enredo sola en una oscuridad sangrienta. ¿Dónde estás? Ya no lo sé. Antes era mejor. Ahora vivo en un estado de duda permanente, donde todo puede ser para un lado o para el otro, pero no actúo. Paso horas tirada en la cama, pensando cada mínima acción, y cuando intento encontrarle sentido, me pierdo en el mismo ciclo, hasta que termino haciendo cualquier cosa solo por hacer algo. Así va la vida, a los tumbos. La cabeza ya no sirve.

Para hacer cosas importantes, el alcohol parece una buena opción. Cada vez más, y eso es un problema. Me relaciono con muy pocas personas. Las redes sociales están cerradas. Si veo algo relacionado, aparecen pensamientos intrusivos y un temblor incontrolable. Lo único que calma es planear analíticamente un fin digno. La bronca y la impotencia envenenan mi sangre cada día, alejándome de la existencia feliz que alguna vez tuve.

Por eso debería ayudarme recibir ayuda. Tal vez algo de esto se pueda arreglar con pastillas, mucho esfuerzo y acompañamiento.

La casa está perdida. El hogar, muerto, en manos de las secuelas y la llamada más muerta de mi vida. ¿Cómo se reconstruye un proyecto de vida? Pero la edad, el riesgo... ¿y si tengo que morir lentamente otra vez, pero esta vez bajo las miradas de lástima o de "se lo merece"? Cuando no es así.

Después de haber superado la dificultad del préstamo económico, ni siquiera puedo vivir en la ilusión de partir en paz de WH. Miro videos sobre eso, tratando de encontrar qué hacer después, entendiendo lo enriquecedora que puede ser esa experiencia, sea lo que sea que pase después. ¿Cómo puedo acercarme a mi espacio? No me corresponde la cuota de rechazo. No era un fardo, era una persona.

¿Cómo se vive sin vivir y, aun así, querer seguir viviendo? Duelar la vida, el lugar, el yo, incluso el cuerpo. Si lo pienso todo junto, me desespero y no puedo. Y vuelvo a pensar en una muerte lenta. En la utilización. ¿Se puede vivir muriendo, sin planes ni destino? Nunca fue mi plan no tener plan. La falta de sentimientos y el vacío... la ausencia y la disposición tan gastada, tan rota, tan emergente y alterada. La falta de deseo me arrastra tranquila y lenta y empieza con un agotamiento interminable que casi siempre termina en sueño.

La vida arruinada no se puede arreglar con pastillas. No importa cuando días hayan pasado. Sigo despertandome a los gritos que nadie puede escuchar y que todos van a atribuir otra cosa y todo es ausencia del esfuerzo de vida de los ultimos veinte años como persona y en la vida. Todo está destruido.

Sin intensión decís pero también decís que mi cerebro es una zapallo y que siempre lo tuviste claro, que lo que se destruía no valía nada. Decís una cosa y hacés otra. Dependiendo el momento decís cualquier cosa sin importarte las implicancias que puedan tener en el otro comprendiendo la situación concreto.

Pero

Se puede trazar una dirección en tus acciones. Esas que seguramente la gente sabe a medias justifica la parte que vió o no conoce.