Como si fuera posible dejar de escribir,
siempre la mala costumbre de pensar.
Soñar con quitarle a la realidad un poco de su esencia,
cerrar los ojos y llenarse de paciencia.
Entender que hay cosas imposibles de plasmar: momentos, miradas, vivencias,
es como querer robarle la inmensidad al mar.
Qué difícil, ¿verdad?
~
La primera vez que leí una rima, supe que quería intentarlo.
Escribir algo, de tal modo, que pudiera combinarlo.
Rimarlo y ver qué conseguía.
Hoy en día lo sigo haciendo, buscando en cada palabra una melodía.
Una sintonía entre mente y corazón.
Tantos años hablando conmigo mismo, escuchando a esa voz de la razón.
Siempre hay una ocasión en la que me detengo a pensar, a reflexionar y buscar un mejor verso que pueda alcanzar.
He escuchado a grandes escritores entre amigos, de eso soy testigo, del arte que llevan consigo.
Y aún sigo aquí, tratando de no repetir, de no fallar, escribiendo por dentro para poder liberar
esos pensamientos silenciados, que nunca van a querer callar.
~
Cada noche busco una rima que no encuentro;
cada madrugada me escapo un momento.
Hablo conmigo mismo, con mi voz interior,
que me pide a gritos que escriba algo mejor.
Y busco... y busco...
Pero no puedo encontrar esa rima perfecta que se esconde en algún lugar.
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