El problema es que para comprar huevos primero hay que ponérselos y salir a calle.
Pero ustedes me conocen, no puedo salir si no estoy armado. Cuando la gente me mira necesito estar preparado. ¿Para qué? Para lo obvio: un suicidio. Pegarme un corchazo, a duras penas, mal y pronta, lunfardamente.
Todo el tiempo que me encuentro fuera de mi casa estoy con una mano en el bolsillo. Si me pongo muy nervioso me empieza a temblar el dedo sobre el percutor.
Gracia de Dios nunca me pasó que se me disparará el arma dentro del pantalón, pero imagináte. Yo me imagino. Y fantaseo. Las expresiones faciales de sus caras, y las expresiones corporales de sus miembros.
Un chasquido, un estruendo, y los tengo comiendo de mi mano. Obvio, me costaría un huevo. Sin sentido figurado.
Si te dijera que no me apresuro para llegar a casa, te estaría mintiendo. Se siente como un campo de guerra esa realidad. Las personas son muy belicosas para mi gusto. Tan sólo presten atención a cómo mueven los ojos mientras caminan.
Ya te digo, hasta la señora que me atiende cuando voy a comprar el pan me mira raro. Y eso que atiende quieta hasta donde conozco. Como desconfiada, sospechosa. Para mí fue oráculo en otra vida. En esta tiene que chuparle las medias al bola de fraile de su marido para subsistir.
Amo las medialunas, especialmente las de manteca, pero se me hace muy difícil aguantar la tensión de ese comercio. El otro día casi se me va todo de las manos porque me guardó una factura con membrillo por error. Para mí lo hizo a propósito. Y después me sonreía como la madre Calcuta.
Una electricidad horripilante me recorrió desde la nuca hasta el peroné. Y la mina era del movimiento Luz y Fuerza. Si será que voy a tener mala suerte.
No quería asustarle a los clientes. Soy un buen tipo. Me contuve como pude. Además le iba a manchar todo el mostrador, con la mercadería y los billetes que tenía dentro de la caja.
¿Se imaginan la cara del banquero después cuando le pidan cambiar los billetes rojos? ¡No se los va a aceptar por comunista! Así estamos en este país. Todos piensan mal de todos.
En fin, toca lustrarle el pico al revolver. Me está llamando hace rato. Como estaba medio fastidioso no me dejó salir hoy, pero mañana necesito leche.
Para lo único que escribo esto es para que sepan que tengo los huevos bien puestos, aunque hoy no salga a comprarlos.

NN
Les voy a ser honesto. Vengo escribiendo hace años, pero sin compartir nada. Últimamente siento las piernas cansadas, pesadas... Me cuesta dar los "pasos". Por eso decido correr.
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