Manifiesto contra el imperio de la realidad

A todas las personas del mundo que se animaron a confiar su cuerpo al aire.

Los que no conocemos otra forma de llegar, más que irnos. Los que nos escondemos dentro de museos multitudinarios, para encontrar a Nadie. Los que aprendemos nuevos idiomas, para elegir nuevas vidas. Los que no nos queremos teñir de la maldad que otros han cosechado en sus tierras. Los que estamos tan mal que no podríamos decir otra cosas además de estoy bien. Los que somos las efemérides de aquellos que no aprendieron a conmemorar. Los que nos dejamos ganar para vencer. Los que nos despertamos, para soñar.

Los que llegamos a las cimas de los árboles más altos, descubriendo que nunca se trató de altura, descubriendo que no era suficiente tenemos voces que tienen que decir, que quieren decir. Queremos dejar por escrito que estamos listos para el despegue. La tierra está agrietando nuestros pulmones y el cielo nos está siendo arrebatado. Ese ha sido el límite. Nuestro límite. No recomendamos esta actividad a quienes no han logrado despojarse del exceso de equipaje. Las nubes están vaticinando turbulencia, cualquier demasía en cargas es potencialmente peligrosa y no será admitida.

Recomendamos su unión si desea conocer lo que está sobre lo nublado o si se ha acostumbrado a la tormenta.