mobile isologo
buscar...

Manchas De Amor

Oct 11, 2025

46
Manchas De Amor
Empieza a escribir gratis en quaderno

No puedo quitar las manchas de chocolate en mi ropa blanca que me llevan caminando hasta tu casa, donde estábamos inventándole pasos a las recetas de internet que no nos salían. Al final, en la vida podíamos rendirnos riendo.

Extraño sentir eso, que podía rendirme en tus brazos, sin cargas ni pesos.

Sabes que de mi mente siempre he sido prisionera, pero es el único lugar donde podemos vernos, y siempre me permito, aunque sea un ratito, detenerme (tal y como siempre lo hice) en ese olor a café, tu sonrisa y tu piel morena tibia que con amor me decía: “Quédate un ratito más”, como si fuese la primera vez.

Las hojas del otoño, envueltas en la brisa del cuento de amarnos por siempre, donde soñábamos llegar a las noches de verano bailando entre las luces del tráfico de la ciudad más transitada. Así se ve el pronóstico de esta semana.

Bllanco y rojo. Puro y vacío, como el inicio de tus lienzos, esos que terminaban llenos de colores y que podía colgar entre mis paredes para que a mi habitación la contagies de la vida que me faltaba. Qué trágico fue volverlas a ver de blanco, como si el lugar no estuviese completo y el cuerpo fuese retirado de la escena del crimen.

Me enteré que te mudaste cuando tu perro no salió a saludar. Al menos ya no tengo que explicarle de nuevo que no voy a regresar.

Pero aquí estoy, cuando ni siquiera pediste que volviera.

Y desde el pequeño espejo de la que era tu puerta, donde solía peinar rápidamente mi pelo entre los nervios, se refleja en mí el por qué ahora odias los jeans y los colores vibrantes.

Dijiste que te gustaba mi pelo rubio, y en una noche llena de ira lo teñí de blanco.

Se ve como un vestido de boda arruinado por la sangre.

Recuerdos, tantos son los recuerdos.

¿No encontraste uno de ellos cuando te fuiste?

¿Una partecita de mí que dejé por ahí, en el rastro?

¿Mis cartas estarán del otro lado de esta estúpida puerta, olvidadas y perdidas también?

Es blanco, es rojo.

Es escarlata, brillante, como esa lapicera carmesí donde te escribía mis mejores palabras y dibujaba corazones en tus manos mientras esperábamos salir de la secundaria.

E igual que en aquel entonces, mi corazón sangró en tus manos. Estuvo vivo alguna vez.

Ni siquiera sé tu dirección. Al parecer, ya no es donde te besé esa última vez. Donde pensé que la tormenta iba a pasar.

Y llueve, pero ni las manchas se quieren ir, aunque el labial ya se te haya lavado de la cara en climas como estos.

Insulto a esa vieja parte de mí que decía que me arruinabas la ropa.

Veo esos claros tintes amarronados y sé que lo disfrutamos, que fuimos libres, que existimos. Que ni siquiera debí estar al pendiente de que fuese perfecto.

Sean manchas de chocolate o café.

O sean de sangre y de dolor.

Sé que fueron manchas de amor.

Isabella Ganci

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión