Yo creo que no entendés el temor que yo le tengo
a que el precio de tu amor siempre sea cuestión de pincharse y de sangrar,
que sea quedarme con el corazón a la mitad
y peor, yo creo que tampoco me comprenderás
si yo te cuento sobre este terror a que yo ya haya sentido por última vez a tu amor como una cosa verdadera,
y que yo no me haya dado cuenta.
pero es que yo soy famélico de tu cariño,
mí cuerpo está frío y dispuesto a aceptar
cualquier fuego que le des.
Entendeme, estoy cansado de buscarte en la gente,
estoy cansado de buscarte en mujeres,
tantas mujeres de tu edad.
Yo no puedo encontrarte los ojos en la amabilidad de alguien más,
y me deja agonizando porque no sé dónde estarás,
no sé cuándo te perdí pero el pulso hace tiempo quedó letargo
¿Cómo entregar mí sangre a mi propia sangre?
¿A quién tengo que darle mí reino, mí vida, mí alma para que abrazarte deje de sentirse vulgaridad?
Qué crueldad que te tenga enfrente
y que te extrañe como si no estuvieras,
y que tenga que llorarte porque esto somos nosotros
somos esa daga que apuñala, que se gira y se hunde hasta llegar a hueso
esto somos nosotros
y vos me entendés, yo sé que lo hacés,
estás pálida y yo estoy en cama pero no admitís la enfermedad,
esto es lo que somos
¿cómo puedo deshacerme de mí mismo para que me mires
como me mirabas diez años atrás?
yo creo que lo único que no comprendes
es que estoy dispuesto a arrancarme la piel con tal de suturar tus hemorragias.
yo estaría dispuesto a deshacerme, a qué de mí no quede nada,
si no fuera tan estupido como para pensar que eso hubiera causado
alguna emoción en tu mirada
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión