El tiempo, excusa inevitable entre tú y yo,
creí que era el dueño de mi desolación.
Pero solo somos dos almas perdidas,
buscando en el viento promesas vacías.
Yo ciega en el juego, tú dueño del plan,
conociendo el desgaste de cada tic-tac.
Aun sabiendo su engaño, me hiciste caer,
dejándome sola con todo el ayer.
El tic-tac me aturde, me grita el final,
caótico, triste… ¿o quizá uno real?
Mis pies se detienen, el eco es fatal,
y entiendo que nuestro amor ya se va.
Pues aunque el tiempo quisiera ayudar,
fuiste tú, quien nos quiso olvidar.
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