mobile isologo
buscar...

Madre.

John

May 4, 2025

44
Madre.
Empieza a escribir gratis en quaderno

El viento zarandea con amabilidad

rojizas flores que descansan al atardecer,

pues los indecisos pétalos que forman su belleza 

se encuentran recostados sobre su cuerpo,

impasibles ante la tempestad que se aproxima;

sin embargo, sean ellos conscientes

de que una vez marchita se encuentre su ama,

su aroma perecerá bajo el lecho estrellado dónde la luna,

compungida, llorará viendo una última vez

la hermosura de los campos.

Madre

Lo primero que has de saber es que mi corazón es el que está escribiendo esto, y todo te lo debo a tí. Quizás no sepas lo mucho que te admiro — y me trataré de necio por no hacértelo saber si es así—, pues igual peco al asumir que lo haces, ya que, considero que la conexión que comparten nuestros afectos es lo suficientemente fuerte como para comprender la más diminuta nimiedad. Somos seres completamente diferentes, madre. Y la semilla de mi admiración hacia ti nace de ello, pues, ¿a quién, si no, admiraré como a ti? 

Eres una luchadora por excelencia: Criada en un entorno hostil, pudiste navegar por la tempestad que te rodeaba sujetando el timón improvisadamente, hasta que conseguiste dominar el oleaje. Y no puedo decir que el navío no se dañó en el proceso —pues mentiría—, pero a pesar de que las velas fueron rasgadas en numerosas ocasiones, llegaste a salvo a puerto sin un faro que te guiase. Luego nosotros comenzamos a navegar a tu lado, torpes y sensibles, para poder recorrer y domar el camino —facilitado por ti, mi amada madre— que ha ido forjando este nuestro futuro. Y así fueron esos largos y duros años hasta llegar a un presente un tanto incierto.

Y no quiero que malinterpretes mi incertidumbre, ya que esta no se debe a cómo o cuánto te amo. Jamás dudaría de ello; es más, si quisieras alguna vez adivinar tamaña cantidad, te propongo que mires al cielo. Hazlo una y mil veces. ¿Y qué por qué deberías hacerlo, madre? Pues porque en la profundidad del cosmos, en el más recóndito lugar apartado de esta nuestra existencia —¡más lejos incluso que eso, madre, mucho más!— se encuentra, escondida en una pequeña caja, una pieza de mi corazón. Y esta se refugia de todo lo terrenal, de aquello que pueda dañarla, pues es lo más vulnerable que poseo. Y allí estás tú, mamá: Tus ojos, tu sonrisa, tu mirada, la belleza aquella que niegas —¡qué estupidez, si eres la más bella de las musas, madre!— y todos los recuerdos que albergo de tu existencia. Y mentiría si dijera que sólo estás tú, pues compartes cuarto con aquellos que han logrado ablandar mi corazón; no obstante, eres lo más preciado que se resguarda allí. Eres el tesoro que jamás querría perder —pero lo haré, pues la vida es cruel y no aboga por la felicidad— y que, orgulloso, mostraré a todos aquellos a los que amo con grandilocuencia —como a tí, madre

Yo sé que he sido alguien bastante difícil de tratar, y te agradeceré siempre que te hayas tomado el tiempo necesario para comprenderme, pues, ¿quién podría comprender mi corazón mejor que tú, madre, si eres quién lo ha ido moldeando a lo largo de mi infancia?

Quizás no he sido un buen hijo, ni siquiera un buen hermano. Pero es de humanos errar y volvería a hacerlo con gusto, pues sé que estarás allí para acompañarme a avanzar. Quizás no al lado mío como me gustaría, pues tienes un sueño que cumplir y debes ir tras él, ya que serás capaz de hacerlo realidad.

Por último, he de admitir que las despedidas no son lo mío, y jamás lo serán. Por ello, resumiré en pocas palabras estos sentimientos míos:

Te amo, Mamá.


John

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión