Apareciste de repente un abril justo cuando empezaron a caer las hojas.
Te fuiste de repente en octubre con el viento primaveral.
Todavía encuentro pelos tuyo en mi ropa, no es una queja más bien algo que aprendí a amar.
Ahora solo tengo eso y muchas fotos en el celular.
Te mantengo vivo en los recuerdos cuando todavía me recordabas y respondias a tu nombre.
Me gustaría haber sabido lo que te estaba pasando y que no hubieras sufrido nada.
Espero estés en un lugar seguro y tranquilo y que ya no te sientas perdido.
Luchito, me gustaría que todavia estuvieras acá conmigo.
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