Me desencuentro en mi propia humanidad desbordada
pidiendo piedad por un existir ligero
sin castigo de los que son y no son
Te vomitaremos de nuestra boca
dijeron
La tibieza mediocre será humillada
gritaron
Vergüenza tendrás por no cargar la roca infinita
insultaron
Escupida por ello, ellos, aquellos
Aquellos que son y no son
aquellos que se esconden
Intento humanamente fútil de cazar
a unas sombras cautivas en la oscuridad de cemento
y que navegan furtivamente los ríos de asfalto
Nunca fuimos nosotros, arguyen
En efecto no fueron ni son,
pero son y fueron
Aquellos dardos de su lengua fueron
Aquellos venenos sanguinolentos son
Gritan violentamente:
"¡No, la culpa es tuya!
¡Nosotros estamos acá lavándonos las manos!"
Pero yo los vi, los veo, no me engañan
"¡Tus ojos te engañan! Inocentes somos"
Gritan los que son y no son
sombras escurridizas
¿Y qué haremos nosotros, tan heridos por ellos?
Oigo susurros: emancipación prometeica
La pitonisa me devela en misteriosos cantos:
es una caza humanamente fútil,
deben criar sus propios monstruos del inframundo,
oníricos en su despertar pero terrenos en su devenir,
rastreadores de alimañas furtivas,
que con fuerzas infernales
en un abrir y cerrar de ojos
harán carne a los huidizos espectros,
y así devorarán sin vomitar
a aquellos que son y no son
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