Los demás

Cuando las personas me dijeron que eras un Dios ausente no podía creer la seguridad en su afirmación.

La idea de que sintieran que los abandonaste ...... Sí, alguna que otra vez también me identifiqué con ellos. Creí que la cantidad de mis pecados me condenaban a ser tu enemiga, cuando solo era otra hija más del montón, así me sentía, otra más del montón, con carencias en el corazón y faltas de abrazo.

Pero no eres un padre ausente, no podría asegurarlo ni por un momento, cuando lloré secaste mis lágrimas, cuando otros me apuntaron con el dedo vos lloraste, me hiciste de escudo, pero también me diste una espada para pelear, no contra los demás, contra mí.... Quién más daño me ha causado.

Incluso en tus silencios, me sostenias entre tus brazos, me dejaste equivocarme, decidir por mi cuenta, tomar decisiones. Pero no te alejaste de mi andar, por si te necesitaba. Y sí lo hacía.

Cuando pienso en casamiento, o pienso en la maternidad estás presente, y no porque me asusté la muerte, sino porque me aterra que al final de mi capítulo de vida no pueda verte.

Sí pudiera verte cara a cara y contarte como están mis cosas últimamente, llorarías conmigo pero seguramente dirías algo como "No estás sola, nunca dejé de quererte". Pero hoy solo siento dolor por defraudarte incansablemente, no por lo que diga la gente, sino por las emociones equivocadas que me empujaron a distanciarte de mi presente.

Pero supongo que somos átomos que provienen de tí, por lo que jamás podría alejarme lo suficiente o esconderme, pero traigo el alma abatida, y solo necesito descanso... Llévame al prado verde de mis sueños acaricia mi cabello, del cual tienes contado cada pelo, y libérame de mi propio infierno.

-Lana Green