Lo recurrente

Al parecer no me canso de no saber sobre mí, pero estoy exhausta. Me molesta confundir y tengo la osadía de preguntar. Asumo en los demás un saber. Quiero que me respondan algo que todavía no me pregunté. Me duele pensar, me recrimino si no lo hago. El peso de las palabras, pensar demasiado en qué decir, dudar en si decirlo, sobre cómo decirlo, decirlo y arrepentirse, no decirlo y arrepentirse: ¿te cansó? ¿No es más fácil la soledad? No la quiero, pero es una falsa comodidad muy placentera.

Me encierro en no ser, ¿qué me impido? Lo dificil de no ser un peso para mi cuerpo y de lograr que mi cuerpo ya no pese. Parezco en cualquier lado menos en el presente, que resulta ser donde más me necesito. ¿Por qué me importa tan poco lo que los demás hagan de mí y tanto lo que piensen de mí? Y si de mí dependiera arrancaría de mis entrañas oraciones completas, formadas solas, que traten de lo que hay en mí. Ver si ese es el verdadero escape o lo más real. Ahí donde poco importa, todo pesa. ¿Qué es lo faltante si no esa parte de uno mismo que atormenta? Qué grave el vacío, el que no quiere irse nunca y miente llenarse, pero no alcanza ni aún infinito. Lo imposible de darse cuenta. La poca probabilidad del irse y lo inútil de intentar no estar. ¿Sería mucho lo distinto?

No soy nadie más que todo lo que no fui. Duelo cada día todo en lo que no me convertí. ¿Podría ese todo ser incluso peor?

Sueño con ser mía y no encuentro un lapso en donde todo pare para poder buscarme. Conocida es y tatuada llevo la necesidad recurrente de decirle a alguien, quien sea, que tome una partecita de mí, la cuide y se haga cargo de ella un ratito mientras yo lidio con el resto de lo que soy, pero que cuando termine la devuelva, por favor. No sé lo que es vivir por mí, sólo sé hacerlo por los demás, y esa verdad en donde me deseo viva suele ser espontánea y efímera, difícil de mantener latente. Me repetí que no sé vivir: mientras vivo me dejo morir en el silencio de no hacer nada, en la angustia de no poder decidir, de no registrar, de no estar en ningún lado, de esperar a ser vista, y no creo eso sea la vida. Porque sólo si alguien me ve existo y no resulto ser yo misma quien necesito que me vea. Esa es mi falta, esa es mi necesidad. Verme y que me alcance. Sentirme viva. Sentir.